En el invierno, un tejado oscuro se calienta con el sol y ayuda a reducir la factura de calefacción, pero en verano hace que la vivienda se recaliente y si se combate el calor con aire acondicionado, el consumo eléctrico aumenta. En muchos lugares, los efectos indeseables de un tejado oscuro en verano son mayores que el beneficio en invierno.
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Teniendo en cuenta el avance del calentamiento global, muchos expertos proponen pintar preferentemente de blanco los tejados.
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